lunes, 23 de marzo de 2015

CAPITULO 4 
ENTRE JUEGOS Y ACTIVIDADES

Ya de regreso en la unidad, y ya con los “reclutas” que se iban a subir al siguiente escalón de adiestramiento en el que yo me encontraba, nos mandaron de “fajina”  a los almacenes del campo militar, para ayudar con las labores que nos encomendaran, pero detrás de todo eso, teníamos la misión de adueñarnos de un uniforme para ir al adiestramiento, ya que en ese lugar se almacenaban los uniformes viejos y nuevos que iban a ser utilizados por el personal.

Allí conocí al Sgto. 1ro. Ramírez, quien era el encargado de las labores de ese lugar, con el estuvimos trabajando algunos días, en ese entonces tenía la facilidad “pendeja” de subirme con facilidad a lugares donde otros no podrían, me colgaba en los techos para cambiar algunas lámparas, o hasta arriba de las pacas de uniformes, y  un día el Sgto. Me  dijo que parecía pantera, porque tenía esa facilidad y la agilidad de subirme a varios lugares y también por el hecho de que portaba un pans negro y por qué era una persona delgada, y ese apodo de el “Pantera” me acompaño por toda mi carrera militar,

Ya habiendo conseguido nuestros uniformes, dejaron de mandarnos a los almacenes y deje de ver a ese Sgto.

Me gustaba cuando nos enviaban de “fajina” a la compañía de intendencia (al comedor) a ayudar con la labores de la preparación de los alimentos para el personal de brigada, allí las 24 horas del día había personal cocinando,  ollas enorme encendidas todo el día, me gustaba por cuando terminábamos de dar de comer a todo el personal, ya podíamos comer nosotros pero nos daban la oportunidad de prepararnos lo que quisiéramos, esas eran la únicas veces que podíamos comer a llenar.

De nuevo en la unidad, en la hora de deportes algunos compañeros y yo nos dedicábamos a jugar fútbol, puedo decir que éramos particularmente buenos, tanto así que nos armaban las “retas” de fut en contra de los soldados más antiguos, allí fue que conocí a un Teniente, que le llamábamos el “Teniente pato” era aficionado al fútbol, y le gusto la forma en la que algunos de mis compañeros y yo jugábamos, tanto así que cuando a él se le antojaba nos mandaba a traer, únicamente para jugar con él, y nos decía … “si hay algún pedo ustedes dicen que estuvieron conmigo, ayudándome a hacer algunas cosas”, yo siempre jugaba la portería, un compañero de apellido De la Rosa y otro de nombre Pablo, éramos a decir verdad, los mejores del equipo, el equipo de los reclutas se hizo famoso en toda la brigada, al grado que nos mandaban a jugar en contra de otros batallones.

Un día un Sgto. Quien era el D.T. de la selección de fútbol de la brigada hablo con el “Teniente pato” para llevar acabo un partido de fútbol, “Reclutas” vs Selec. De la brigada, el teniente acepto y pactaron el día y la hora para llevar acabo el partido, llego el día del encuentro y precisamente antes de llegar al campo de juego, me llamo un soldado y me dijo que me buscaba el Coronel comandante de la unidad, sentí un poco de miedo ya que nunca me avía llamado, pero cuando iba hacia la comandancia lo encontré en el camino, él ya iba rumbo al campo de fútbol, me le acerque le dije…


Ordene mi Coronel---
¿Tú eres el “pantera”?--- me pregunto
Si mi Coronel--- le conteste
Toma estos son para ti…

Me sorprendí cuando me entrego uno guantes de fútbol, se avía enterado que yo jugaba sin guantes.

Gracias mi Coronel---
Échale ganas, de ti depende si perdemos o no…

Volví con mis compañeros al campo de juego y también se encontraba El Sgto. Encargado de los “reclutas” quien ya se avía auto nombrado D.T del equipo.
Cuando llego el Coronel, detrás de él, venia el batallón completo, el Coronel había ordenado que todos estuvieran en el campo para apoyarnos.
Ya a punto de comenzar el encuentro, y el “teniente pato” dándonos las últimas indicaciones, se escuchó una voz fuerte diciendo…

¡¡¡ATENCIÓN!!! ¡¡¡FIRMES….YA!!!

Cuando voltee a ver quién era, me sorprendí que hasta el General, Comandante de la Brigada estaba allí para ver el partido.

Ya con el personal y los Comandantes reunidos dimos inicio aquel partido que ganamos 3-0.

Bueno creo que ya me desvié mucho del tema…

Una vez que había causado alta, y que ya estaba próxima mí salida al adiestramiento, por fin nos dieron la oportunidad de uniformarnos, me sentí orgulloso cuando por primera vez, vestía aquel uniforme verde olivo, y aquellas botas militares, aun no portábamos armas, y nos distinguía de los demás soldados, nuestro porta-nombres de color blanco en un lado y del otro la siglas “C.A.B.I.” (Centro de Adiestramiento Básico Individual) que hacían referencia que éramos soldados en adiestramiento.

Como ya estábamos uniformados, un día el Coronel, Comandante del batallón ordeno que todo el personal saliera a deportes, y con él al frente comenzamos a correr, primero alrededor del batallón, después alrededor de la Brigada, y pensé que prácticamente estaría “relax” la hora de deportes, más sin embargo sentí un nudo en la garganta cuando el Coronel ordena que la columna se dirigiera hacia la entrada dela brigada,
Un “ya valió madres” paso por mi mente cuando tomamos canino a las afuera de la brigada, continuamos corriendo 10, 20,30 minutos y comencé a sentir dolor en los músculos de mis piernas, músculos que ni siquiera sabía que existían, después de unos 45 minutos o tal vez 1 hora de correr, comencé a sentir que las piernas me empezaban a temblar, después comencé a sudar frió, casi a la hora con 30 minutos no soporte más y devolví el estómago, después de eso ya no pude más,  ya no sentía las piernas, menos me respondían, un compañero mío y un soldado antiguo me ayudaron llevándome de
“a campeón” esa posición en la que te van cargando uno de cada lado y arrastrando las piernas, pues así me regresaron.

Unos días antes de nuestra salida, ya estábamos con los preparativos de nuestro equipo que deberíamos llevar al adiestramiento, botas, uniformes, armas, mochilas, mangas, cascos y todo el equipo completo, como 3 días antes de la salida, nos pasaban “revista” para revisar que lleváramos todo, desde cucharas hasta el arma.


Pues ya llegado el día de nuestra partida, nos levantaros cerca de las 3 de la mañana para prepararnos, un camión de trasporte de personal ya estaba listo para trasladarnos   al centro de adiestramiento,  alrededor de las 4 de la mañana un total de 33 soldados “reclutas” íbamos en camino hacia el  Campo Militar 37-B en Temamatla Edo. De México.

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