martes, 31 de marzo de 2015

"HISTORIA PERSONAL"

CAPITULO 7

EL PRIMER DESFILE

Un día en fechas de octubre, llamaron a toda la unidad a reportarse a las afueras de la Comandancia del Batallón, para informarnos que habían dado la orden de que participaríamos en el desfile Cívico-Militar del 20 de noviembre, yo me emocione mucho porque iba a ser el primer desfile militar en el cual participaría, sin más, nos trasladamos a la explanada del 1er. Cuerpo de Ejército, cuando llegamos ya había muchos soldados formados, Ingenieros, Policías, Blindados, Artilleros y Chutes (Paracaidistas), nosotros también formamos en el lugar que nos indicaron,
En realidad aquel grupo de soldados de todas las unidades éramos alrededor de unos 3,000 O 4.000 elementos.


Por los altavoces de escuchaba hablar a un General que iba a ser el comandante de la columna del desfile, nos ordenó que formáramos una línea de acuerdo a nuestras estaturas, y así lo hicimos, todos los soldados, elementos de tropa, comenzamos a caminar alrededor de la explana, mientras nos intercalábamos de acuerdo a nuestras estaturas, al terminar nos fueron acomodando en contingentes de 100 elementos, no recuerdo en que numero de contingente me toco, el comandante del contingente fue un Capitán 1ro paracaidista, y la verdad era una persona a toda madre.
El primer día prácticamente no hicimos nada más que acomodar los contingentes y a cada elemento del contingente enumerarlos de 1 al 100, recuerdo que me toco el número 69, después de eso nos retiramos a nuestras actividades normales en nuestras respectivas unidades, para presentarnos de nueva cuenta al día siguiente.

Ya al otro día regresamos nuevamente a las prácticas del desfile a la explanada, y recuerdo que cuando nos estaban pasando lista, el capitán comenzó a contar por números… 66, 67, 68 numero porno… y pues obviamente era el 69 así que grite…

PRESENTE….

Y  prosiguió con su conteo, 70, 71, hasta llegar al 100 que era el número de integrantes de ese contingente…
Cuando estaba en la explana, note que la toda se encontraba “cuadriculada” y cada cuadro tenía nuestro número, después de eso nos dieron unas “casacas” con diferentes colores, blanco, rojo, verdes, amarillo, café, azul, etc… pues bueno el chiste era que a la orden nos teníamos que mover ciertos cuadros para que desde el cielo o desde una vista más alta, con nuestros cuerpos y dependiendo del color de la casaca, se formara una figura, así fueron varios días de prácticas, desde la formación de las figuras hasta el “desfogue” de la explanada.
También durante cada movimiento teníamos que contar cierta cantidad de números, mientras realizábamos algunos ejercicios físicos como, lagartijas, abdominales, sentadillas, saltos en escuadra y de más movimientos, para después del desfogue de la explanada correr alrededor de unos 5 kilómetros.

Faltando alrededor de unos 20 días para el desfile, nos trasladaron a las instalaciones del H. Colegio Militar, para continuar con la preparación del desfile, ya que la explanada del Colegio es mucho más grande que la del 1er. Cuerpo de Ejército.

Allí continuamos con la preparación, desde las 8 de la mañana, hasta las 2 o 3 de la tarde, así los 20 días faltantes.

Dos días antes del desfile realizamos la última revista del desfile, con la presencia del Secretario de Defensa, el General, Clemente Vega García, después de eso y ya con su aprobación nos trasladaron de regreso a nuestras respectivas unidades, para que al día siguiente tuviéramos un descanso y al siguiente, presentarnos para la el desfile.


Pero la verdad no tuvimos descanso, ese día fue para preparar todo el uniforme que llevaríamos, aunque solo era, playera, pantalón y botas, todo tenía que estar reluciente, ese penúltimo día me la pase lustrando mis botas, hasta que en ellas se reflejara mis rostro, la hebilla del cinturón por igual, el pantalón debidamente planchado, y la playera sin ninguna arruga, yo me encontraba bastante nervioso, tanto que esa noche no dormí,
Nos levantaron a las 3 de la mañana para que a las 4 comenzáramos nuestro traslado por la línea del Metro, durante el recorrido del Campo Militar hacia el Metro de 4 Caminos nos la pasamos realizando cantos, y marchas, porras y demás, todo aquello para levantar la moral del personal, yo estaba muy emocionado…

Llegamos a la estación de Pino Suarez donde teníamos que bajarnos, al salir de esa estación ya nos esperaba personal de intendencia con un buen atole caliente y un “lonche” que contenía, una torta, una fruta, y un jugo,
Recuerdo que yo solamente me tome el Atole, ya que no quería que mis necesidades fisiológicas me traicionaran a medio desfile, o en plena ceremonia frente al presidente,  varios de mis compañeros pensaron igual, así que aprovechamos nuestro desayunos para regalarlo a las personas que se encontraban, más bien que vivían en situación de calle,
Tanto fue la sorpresa de muchos, que hasta en los diarios salimos por esa acción de regalar nuestro desayunos, parece muy poco, pero para esas personas era mucho, y la mejor recompensa fue verlos con tal agradecimiento, y comiendo aquella torta, con tanta alegría, que para nosotros fue más que suficiente.

Cerca de las 8 de la mañana aun estábamos en la calle de Pino Suarez, y en esos momentos nos ordenaran que nos trasladáramos hacia la explanada del Zócalo de la Ciudad, yo estaba muy emocionado, nunca antes avía estado en ese lugar, y estarlo en ese momento, para mi representaba una emoción muy grande, así estuvimos parados hasta cerca de las 11 de la mañana, cuando la corneta de órdenes, entono el toque de “ATENCION” seguido de eso, la voz del maestro de ceremonias se dejó escuchar por el altavoz…

SEÑORAS Y SEÑORES EN ESTOS MOMENTOS SE ENCUENTRA ARRIBANDO A ESTA EXPLANADA, EL C. LIC, VICENTE FOZ QUEDAZA,  PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, Y SUPREMO COMANDANTE DE LAS FUERZAS ARMADAS.

Acto seguido el corneta de órdenes entonaba el FLANCO DERECHO para después seguir con el FLANCO IZQUIERDO, y quedar de frente a palacio nacional.

De nueva cuenta estuvimos parados unos 15 minutos hasta que el presidente saliera por el balcón presidencial, y después de ello comenzar con los honores militares correspondiente, después de ellos, se dio nuestro de toque de alerta, y después el toque de “ataque” que era nuestra señal para comenzar con la rutina que aviamos preparado desde 1 mes y medio antes, después de unos 20 minutos que duraba la rutina comenzamos el desfogue dela explanada, para dirigirnos de nueva cuenta a la Calle de Pino Suarez.


Enseguida se escuchó el toque de “paso redoblado” que era nuestra señal para comenzar el desfile, pero no íbamos a pasar frente a Palacio Nacional marchando, no, si no, corriendo, íbamos a correr desde, Palacio Nacional, hasta el Monumento a la Revolución, y así lo hicimos, corrimos todo ese trayecto, al llegar a ese lugar ya nos esperaban camiones de traslado de personal que nos llevarías de regreso al Campo Militar, ya de regreso a el Campo Militar me reuní de nueva cuenta con mi unidad, para caminar hacia el batallón,
Cuando iba caminando hacia el batallón no podía creer lo que acababa de pasar, yo, avía desfilado y pasado frente al Presidente de la Republica, me sentía orgulloso de lo que acababa de hacer…
Cuando llegamos al batallón, nos dieron tres días de franquicia que aproveche para ir de nueva cuenta a mi tierra…

Recuerdo que cuando llegue a mi pueblo, me cambie y me puse el uniforme y así uniformado  fui visitar a mi padre, al llegar no se encontraba, así que me puse a esperarlo, después de un rato llego pero se acercó a mí como si nada, no me reconocía…

Pá--- le hable
A chingao eres tú no te reconocía--- me dijo
¿Cómo estas pà?
Así te vez bien cabrón---

Se bajó del caballo en el que andaba y nos abrazamos…
Pasamos a la casa y estuvimos platicando por unas cuantas horas, le dije que fuéramos al centro a comer, mi padre se cambió y al poco rato ya estaba listo así que salimos de su casa y comenzamos a caminar, me abrazo, lo abrace, le puse mi gorra y yo me puse su sombrero, en fin íbamos bromeando y de todo.

Mi padre es una persona muy conocida y no caminábamos más de 10 metros sin que se topara a algún conocido,

Don beto, buenas tardes….
Quiubo…
¿Cómo esta don beto?---
Bien, aquí andamos, mire este es mi hijo, es el más chico, y está de sorchi…

A todos sus conocidos les decía lo mismo, con algunos bromeaba con que yo andaba buscando a “lucio cabañas” en guerrero, lo cual ni siquiera estaba en mi época.

La verdad me sentía muy bien, de pensar que unos meses atrás yo era el malo de la familia, la oveja negra, y ahora era el orgullo de mi padre.

Pase los tres días con mi padre, ayudándolo en el rancho, con el ganado, los caballos, no me separe de mi padre por ese tiempo, pero muy pronto se terminó el tiempo al cual yo tenía que regresar de nuevo a mi cuartel…

De nueva cuanta me despedí de mi padre con una lagrima en mi rostro, unas tantas más disimuladas en el rostro de mi padre…
Con su voz fuerte, dura, pero entrecortada me dijo…

Cuídate mucho mijo….
Tú también pá
Échale ganas cabron, no te quedes nada mas asi… echale más ganas para que te reconozcan…


Finalmente nos volvimos a despedir, tome mi maleta, le di un beso y un abrazo y partí…

jueves, 26 de marzo de 2015

"HISTORIA PERSONAL"

CAPITULO 6 

YA SOMOS SOLDADOS

Por fin llegaba la 4ta semana de adiestramiento en la que por fin y después de tanta espera íbamos a comenzar las prácticas de tiro, un momento que todos los aspirantes a soldados esperan,  pero tampoco fue de llegar y disparar, no….
Primero teníamos que aprender todo sobre el un disparo efectivo, las posiciones de tiro, los tipos de balas, que hacer en caso de esto o de lo otro, teníamos que estar preparados para cualquier eventualidad que pudiera surgir.

El primer día de prácticas, tanta era la desconfianza de los Sgtos. Y Oficiales de que nos fuéramos a matar o a herir con el armamento, que nos ponían a realizar las prácticas de tiro simulando el sonido de los disparos con la boca o con piedras golpeando los cargadores, la verdad era muy gracioso y divertido ver y escuchar a todos los soldados corriendo y tirándose al suelo para después efectuar los disparos…

PUM, PUM, PIU PIU….
TATATATATATA…. PUM PUM…

Nos levantamos y seguíamos corriendo para realizar un avance en “saltos” una técnica en la que unos soldados disparan mientras otros avanzan,
Corríamos y nos tirábamos de nuevo…


PUM…TATATATATATA
PUM, PUM… PIU PIU…

Fue hasta el tercer día que ya nos permitieron abastecer nuestros cargadores con municiones reales, los Cabos, Sgtos. Y Oficiales están muy pendientes de cada movimiento que realizáramos, la verdad aunque a muchos nos odiaban  no querían que nadie saliera herido, mucho menos muerto.

Les pusimos unos forros de color rojo a nuestros cascos donde, Blanco significaba que no íbamos a disparar, Amarillo, que seriamos los próximos en disparar y Rojo que estábamos en plena practica de tiro,

Tomamos todas le medidas de seguridad pertinentes para comenzar las prácticas de tiro, la mayoría de soldados estaban atentos, (o al menos yo si lo estaba) la verdad no me quería matar o realizar algo mal porque sabía que me iban a llover los “chiricuazos” o unos cuantos tablazos, y la verdad no quería eso.

Nos ordenaron avanzar hacia la línea de disparo a uno 10 metros del blanco, nos recostamos pecho a tierra y pusimos nuestra “coreana” o nuestra manta como apoyo para el arma, todos los Sgtos. Estaban detrás de nosotros supervisando cada movimiento, cuando la voz de uno de ellos se escuchó…

¡¡¡TODOS LISTOS!!!!
¡¡¡Listos!!!--- contestamos
¡¡¡Preparados!!! Quiten el seguro de sus armas…
¡¡¡Seguros fuera!!!
Apunten, A su voluntad… ¡¡¡FUEGO!!!

Y los disparos de aquella línea de fuego comenzaron a sonar, yo tarde un poco en realizar mi primer disparo ya que quería estar seguro de realizar un disparo certero y de poner en practica todo lo que me avían enseñado mis instructores, cuando por fin hale el gatillo, mi arma se acciono con un estruendo muy fuerte y un golpe en mi hombro, la verdad nunca había escuchado un G3 disparar, y menos a 10 centímetros de mi oído, ese primer disparo me hizo reaccionar y colocarme de nueva cuenta en posición, pero esta vez con una mayor estabilidad y una mejor posición,

Al terminar los 10 disparos que teníamos permitido, y al ver a todo el personal de la línea de disparo con el fusil apuntando hacia el cielo, de nueva cuenta se escuchó la voz del Sgto.

¡¡¡ATENCIÓN!!!
Pongan el seguro a sus armas y quiten el cargador…
¡¡¡LISTOS!!!
¡¡¡Listo!!!
PONGAN SUS ARMAS SOBRE SUS “COREANAS”
¡¡¡FIRMES!!! YA…

Todos nos levantamos dejando nuestras armas en el suelo, los Cabos pasaron a revisar cada una de las armas y cargadores para cerciorarse de que todo se encontraba en orden,
El Sgto. Nos ordeno que fuéramos a recoger nuestras hojas de tiro, la verdad no estaba seguro si había acertado o no, pero me lleve la sorpresa cuando revisé mi hoja y tenía los 10 disparos acertados, nuestro Cabo paso a ver cada uno de los soldados y reviso personalmente cada hoja, al momento de pasar conmigo tomo mi hoja y con su lapicero fue contando uno a uno los orificios que tenía la hoja, al igual que yo también se sorprendió al ver los 10 disparos en el blanco, me miro y me dijo…


BIEN PINCHE PANTERA, PEGASTE TODOS…
Gracias mi Cabo…

El cabo volteo hacia los Sgtos. Y les comento que había realizado un disparo perfecto…
Y le dijeron que llevara la hoja para que ellos también se cercioraran.
Esa hoja ya no me la regresaron.

Al terminar la práctica de tiro, regresamos a la compañía para realizar otras actividades.
El último día de la semana de tiro nos llevaron de nuevo al área de disparos, pero esta vez de noche para realizar disparos nocturnos con una bala llamada “trazadora” la verdad se ve muy bonito el espectáculo que realiza esa bala, ya que al momento de ser disparada, forma una línea de trazo, por eso se le llama “trazadora”
Cuando estábamos en plenos disparos nos ordenaron detener el fuego, ya que el cerro comenzó a incendiarse debido a las balas, pasamos de ser soldados a ser bomberos y apagar el cerro…

A la mitad del curso, la generación anterior a nosotros se graduó, pasamos nosotros a ser los soldados antiguos del Centro de Adiestramiento, y a su vez llegaron soldados reclutas nuevos, de la misma manera faltando  5 o 6 semanas para terminar el curso, comenzamos a realizar los preparativos para la graduación, aun no sabíamos quienes, ni cuantos se iban a graduar pero ya estábamos preparando la ceremonia.


A esas alturas de curso comenzamos con otro tipo de adiestramientos, la “ladilla” del orden cerrado comenzaba, también la técnicas de radio comunicación y primeros auxilios, inclusive las formas de camuflaje, allí fue donde pudimos utilizar el famoso traje “willie” 

Recuerdo a mi Sgto. Instructor que un día nos dijo que si queríamos él nos llevaría algo de comer, (unas tortas para ser exactos) y el que las quisiera las podía comprar, y el que no, pues no, pero no contábamos con la compra de las tortas valían puntos extras para traernos un poco más “relax”  un día mientras realizábamos las prácticas de camuflaje y después de haberle comprado todas las tortas que llevaba, nos dijo que  teníamos que hacernos un camuflaje con la vegetación, así lo hicimos y nos dijo que fuéramos a una barranca donde la maleza se encontraba alta, el Sgto. Nos dijo que nos escondiéramos y que no saliéramos hasta que él nos lo ordenara, obedecimos la orden y nos metimos a la maleza, pasaron 30, 40 minutos y la verdad ya nos aviamos aburrido, decidimos salir del escondite para ver al Sgto. Pero nos sorprendimos cuando vimos al Sgto. Dormido mientras los Cabos conversaban entre ellos, así que decidimos regresar a nuestros refugios y practicar la “operación camufláis”  y también dormirnos…
Después de una 1 o 2 horas el Sgto. Nos llamó y salimos de nuestros refugios algunos hasta con las lagañas en los ojos de tanto que habíamos dormido,
Después de eso regresamos al batallón.

En una de las etapas de adiestramiento, tuvimos la semana de campamento, una semana donde tendríamos que pernoctar fuera de los batallones y realizar todas las actividades fuera de la unidad, allí el Sgto. Nos dispuso a todos una “sombra” que es otro soldado con quien teníamos que pasar la mayor parte del tiempo y si alguno de los dos hacia algo mal, los dos pagarían las consecuencias, a mí me tocó un soldado alto, al cual le decíamos el “borrego”  porque tenía el cabello muy chino, lamentablemente era un soldado “ponte al pedo”, un soldado que causaba muchos problemas y por culpa de él,  a cada rato me tocaba sufrir los castigos.

Esa semana nos tocó otra caminata, la más larga, salimos del campamento como a las 6 de la mañana y esta vez salimos del campo militar, caminamos cerca de las faldas del volcán, y de un pequeños cerro al que le decían “El Molcajete” la caminata fue larga, peros siempre íbamos acompañados de  una camioneta a la que le decíamos “la bofera” la cual iba repleta de cualquier cosa para consumir, refrescos, comida, dulces, cigarros, todo lo que podríamos encontrar en el casino, iba en esa camioneta.

Ya durante la penúltima semana de adiestramiento, nos tocó pasar “la pista del infante” la cual es un camino de unos 500 metros lleno de obstáculos,  en parejas teníamos que pasar cada obstáculo hasta llegar al final, después de algunos días de pasadas en la pista, ya comenzábamos a pasarla con todo el equipo puesto.
La verdad esa semana aunque pesada fue muy divertida, ver como algunos soldados no podían pasar los obstáculos y otros tantos que se quedaban “atorados” en algunos puntos ya que le tenían  miedo a las alturas y no encontraban el valor de arrojarse de algunos puntos altos…  

Durante la última semana de adiestramiento, tuvimos nuestros exámenes finales, una etapa en la que evaluarían todo lo aprendido, esa semana volvimos a repasar todo lo que habíamos visto durante el Curso Básico, 
A esas alturas ya la vida en el curso ya era más relajada, durante la mañana únicamente un par de actividades y durante la tarde los preparativos para la ceremonia de graduación.
Faltando tan solo 3 días para la gradación, uno de los oficiales me llamo y me dijo que me presentara con otros oficiales, cuando llegue con ellos me informaron de otras cosas que yo iba a realizar durante la ceremonia, entre ellas pasar a leer algunas palabras en nombre de mis compañeros que nos graduábamos, pero también y lo que más me sorprendió fue que tenía que pasar a recoger un reconocimiento por haber obtenido el primer lugar en aprovechamiento durante el Adiestramiento…
Me sentía orgulloso, pero también sentía que no lo merecía, porque conocía muchos soldados que todos los días se esforzaban mucho.
Obvio no rechace el reconocimiento.

Al termino de Curso de Adiestramiento, de los casi 4,000 elementos que comenzamos, únicamente nos graduamos unos 800

El día de la graduación, todo fue estrés para que todo saliera bien, pero al final todo salió como se esperaba, al término de la misma nos dieron el fin de semana libre, para presentarnos el día lunes por la mañana, esos días los proveche para ir a visitar a mi familia y amigos a mi tierra, y aunque no pude ver a todos si disfrute mucho ese poco tiempo.

Recuerdo que llegue el día domingo a la unidad, como buena rata de cuartel me quede a dormir esa noche en la compañía, esa noche la pase a todo dar, tranquilo sin la preocupación de que a cualquier hora nos fueran a “ladillar”, a las 6 de la mañana teníamos que esta ya preparados para iniciar nuestro camino de regreso a nuestro batallón, en mi grupo de “reclutas” de los 33 elementos que fuimos al Curso regresamos 28…

Ya de regreso a nuestra unidad,  un capitán 2do. De infantería al cual le apodábamos “REX”  nos recibió con una plática de motivación  y de aliento por ser ya, Soldados Del Ejército Mexicano, después de eso nos dieron ya el número de orden que nos correspondía, la sección y compañía a la que perteneceríamos, después de arreglar unos pequeños detalles se nos dio Francos, para presentarnos de nueva cuenta al día siguiente.

Y aunque de nueva cuenta la unidad no se encontraba ya que habían salido de operaciones y que regresarías en dos meses, ese día me levante a la hora señalada, como recuerdo el momento en que comencé a ponerme el uniforme ya con el porta-nombres de color verde que me identificaba como soldado, con cada prenda sentía un gran orgullo, cuando comencé a ponerme las botas, sentí una gran presión en el pecho, por la felicidad, por miedo, por el orgullo, a mi mente llegaron muchos recuerdos tanto de niño y ese sueño que cargaba, como todo lo que había pasado en el Curso Básico las innumerables veces que paso por mi mente el desertar, pero veía a mi alrededor y me daba cuanta que a pesar de todo, ya estaba allí, como soldado, como lo que quería ser.
Esa mañana ni pase al comedor, me la pase lustrando mis botas y arreglando mi imagen, me quería ver lo mejor posible y portar aquel uniforme con orgullo y dignidad, pero sobre todo con el debido respeto que esas prendan merecían.

Ya al momento de pasar a la primera lista del día, el pequeño grupo de soldados que quedaban en el batallón no ordenaron formar a las afueras de la compañía, para después dirigirnos a la explanada para realizar los honores militares de todos los días, mientras nos dirigíamos a la explanada ya se podía escuchar la banda de guerra entonando el Toque de Diana.

Al momento de ya estar formados en la explanada y escuchando los toques militares de “atención” “saludar” y comenzar a escuchar el toque de “bandera”, para después comenzar a entonar el himno nacional, mire hacia mi lado derecho donde se comenzaba a izar la bandera monumental de la brigada, no sé si fui yo o realmente estaba pasado, que al momento de que la bandera comenzaba a hondear y que ya iba a media asta, detrás de ella comenzaban a salir los rayos del sol, mi bandera se veía hermosa, y tuve que aguantar las ganas de derramar una lagrima por la emoción de ese momento, una emoción demasiado grande al verme uniformado, viviendo aquel sueño que desde niño se había sembrado en mí.

Después de los honores militares, llamaron a los nuevos soldados, entre los que yo me encontraba, para comenzar nuestro Segundo Nivel de Adiestramiento en la unidad, en que ya íbamos a aprender las acciones a realizar dentro de nuestra unidad, ya como una unidad en conjunto, entre lo que nos enseñaron fue el uso y manejo de armas colectivas, como la ametralladora HK21 Cal. 7.52 mm, la ametralladora lanza granadas MK19 Cal. 40 mm y el mortero Cal. 20 mm. También tuvimos la ladilla de del orden cerrado, pero ya un poco más a fondo, también el orden disperso que eso era nuevo para mí ya que no, nos lo avían enseñado en el curso.


Así pasamos únicamente 20 días de adiestramiento de nuestro 2do. Nivel. 

martes, 24 de marzo de 2015

"HISTORIA PERSONAL"

CAPITULO 5

CASI SOLDADOS

Arribamos cerca de las 6 de la mañana, y nos dirigimos a la explanada principal de campo, allí tuvimos que pasar revista para que los Cabos encargados dieran parte de que llevábamos el equipo completo, estuvimos allí parados algunas horas mientras nuestro Cabo recibía instrucciones  sobre donde nos íbamos a alojar y en qué compañía, recuerdo que me toco en el 1er pelotón, 3 compañía del 5to batallón de adiestramiento, un edifico que estaba al lado derecho del comedor, llevamos a la compañía y el Cabo comenzó a decirnos donde habríamos de dormir y cuales serían nuestros casilleros, después de eso guardamos nuestras cosas y salimos a forman en la explanada para ir a guardar las armas en el armero del campo, allí teníamos que guardad todas las municiones y cargadores del arma hasta que nos tocara adiéstrarnos con ellas,   
Al igual que muchos yo pensaba que desde el primer día íbamos a  hacer huso de nuestras armas, pero no, fue hasta la 4ta. Semana de adiestramiento pudimos disparar nuestras armas.


A la 1 de la tarde pasamos al comedor, y a las 2 de la tarde, la primera lista en ese centro de adiestramiento, de la comandancia salió un General Brigadier,  que no recuerdo el nombre por que muy pocas veces se dejaba ver, ese general se sentía orgulloso de su unidad , pero no de nosotros, sino que allí, en  ese campo militar se encontraba el 2do batallón de Fueras Especiales, (si mal no recuerdo) yo en ese momento ni sabían que eran esos,  después de su discurso de bienvenida, regresamos a formar a las afueras de cada batallón donde nos presentaron a nuestros Sgtos. 1ros. Comandantes de las secciones de adiestramiento quien iban a ser los responsables de nuestro futuro, ya que ellos decidían si nos graduábamos o no y cuya misión era hacer que nos desertáramos, y a nuestro Teniente, comándate de la compañía,  una persona de  más o menos  1.80 cm de estatura, de tez blanca, y que a simple mirada mostraba intimidación, pero a decir verdad era un Teniente  a toda madre…
El primer día fue de trámites y de pláticas, porque el día siguiente comenzaríamos nuestro adiestramiento.

Al día siguiente cerca de las 2 de mañana, cuando todo el personal se encontraba durmiendo, se escuchó una voz fuerte que gritaba…

¡¡¡ ARRIBA TODO EL PERSONAL!!!
LEVANTENCE BOLA DE CABRONES, QUE, CREÍAN QUE SE LA IBAN A PASAR DURMIENDO TODO EL TIEMPO, PUES NO… ORALE CABRONES PARENCE Y SALGAN A FORMAR…. TIENEN 10… Y YA VAN 5…
4
3…

Nos gritaba mientras golpeaba uno de los casilleros con un metal…

Nos levantamos en short y playera y quienes se avivaron lograron salir con sandalias, hubo quienes tuvieron que salir descalzos (yo me encontraba entre ellos) salimos fuera del batallón y en la calle que le daba la vuelta a la explanada nos hicieron formar, los Sargentos estaban al frente, y comenzaron a decirnos hasta de lo que nos íbamos a morir, después de eso nos hicieron acostarnos sobre el pavimento, que a esa hora se encontraba helado, cabe destacar que ese Centro de Adiestramiento se encuentra en la zona del
Izta-Popo, y por eso hacía mucho frió,
Lagartijas, abdominales, saltos en escuadra, los famosos “patitos” y de más ejercicios hicieron más larga aquella madrugada.

Ya cerca de las 4 de la mañana nos dejaron subir de nuevo a descansar, pero teníamos que levantarnos de nueva cuenta a las 5 de la mañana, yo ya no pude dormir, en mi cabeza rondaba la idea de que iban a ser los 3 meses más largos de mi vida, nos levantaron de nuevo a las 5 de la mañana y nos ordenaron que saliéramos a fuera de la compañía, mas no fuera del batallón, hasta que dieran las 5:45 para pasar a formar para el comedor, en un pequeño espacio, más de 100 soldados nos acomodamos en el suelo y la gran mayoría nos quedamos dormidos teniendo como almohada nuestros propios cascos, hasta que llego la hora de salir a formar para el comedor,
Después del comedor a pasar lista y hacer honores a la bandera, y de allí a las áreas de adiestramiento, todos ya estábamos debidamente uniformados, con todo el uniforme y el arma, pero sin municiones, y en las cartucheras en lugar de llevar cargadores para las armas, llevábamos todo lo indispensable para la limpieza del calzado, cremas para zapatos, cepillos, trapos y de más, porque eso sí, podríamos estar bañados en lodo, pero con la botas impecables,
Una a una las secciones iban tomando camino hacia las áreas de adiestramiento, hasta que llego nuestro turno de avanzar, pensé que al igual que las demás secciones, también avanzaríamos al paso redoblado, pero no, uno de los Sgtos. Levanto la voz para dar la orden de…

¡¡¡PASO VELOZ!!!... ¡¡¡YA!!!

Y órale a comenzar la corretiza, corrimos por aquellos caminos de tierra y piedras que más que caminos para el personal, parecían paso para caballos, después de como 10 minutos de correr llegamos a una planicie donde se encontraban unas “palapas” que utilizaríamos como aulas de clases,  allí pasábamos toda la mañana, en ese lugar nos enseñaban todos lo teórico del ejército, Derechos humanos, legislación militar, las bases del plan DN-III E de auxilio a la población, en fin todo lo que tiene que ver con las leyes y reglamentos del ejército mexicano

A medio día regresamos a las compañías para cambiarnos y comenzar la hora de deportes, por lo regular los Srgtos. Nos llevaban a correr a las áreas de adiestramiento, una hora u hora y media de ejercicios, regresábamos 15 minutos antes de la 1 de la tarde para asearnos y cambiarnos, en los baños de la compañía había tan solo 10 regaderas para poco más de 100 soldados,
Ya se imaginaran como se ponía aquello con tan solo 10 minutos para bañarnos y estar listos para pasar al comer, a la 1 pasábamos al comedor y a las 2 pasábamos a la segunda lista.

Después de eso regresábamos a las áreas de adiestramiento para esta vez, realizar ejercicios físicos, maniobras y prácticas, algunas cosas como marchar, o algunos tipos de desplazamiento en terreno, eran alrededor de 3 horas las que realizábamos ese tipo de adiestramientos porque a las 5 dela tarde teníamos que pasar lista otra vez y a las 6 dela tarde teníamos la última lista del día, muchas secciones y compañías daban por terminado el día después de esa lista, pero nosotros no, algunos días nos ponían a hacer ejercicio, otros mas no aventaban algunos discursos, y en otras más con tal de que nos siguieran “ladillando”  nos tenían allí parados hasta las 9 de la noche, hora en la que ya teníamos que retirarnos a descansar, pero muchos no lo hacían, yo por ejemplo, a esa hora me iba al “casino” que es la tienda del campo militar la cual se encontraba en la parte alta del campo, iba allí y me compraba unos cigarros y una coca,
después de eso ya me iba a la compañía, siempre que iba subiendo me encontraba a un soldado que le decíamos “el Acapulco” porque era de allá, no había noche que no estuviera pegado al teléfono hablando con su novia, ese era un motivo muy grande para realizarle bromas, como que ya te dejo y tu aquí de pendejo, soldado sin sancho no es soldado, de seguro ya está con otro y nada más espera a que le mandes quincena y un sinfín de cosas, al grado que al pobre soldado lo hicimos desertar, porque tenía miedo de que todo lo que le habíamos dicho se convirtiera en realidad.

Un día, enseguida de la hora de comer, nuestro Sgto. No llevo a comer, la panza nos pesaba mucho ya que fue un “jueves social” un día en el que nos dan otro tipo de comida y no se nos raciona, se nos daba  a llenar, recuerdo que ese día nos dieron carnitas de puerco y arroz, cuando salimos a correr muchos sentimos un dolor estomacal por el esfuerzo físico después de comer, después de algunas vueltas a la explanada, nos llevó a formar para el pase de lista, ya cuando estábamos formados un soldado al que le apodábamos “el mariguas” ya que siempre tenía los ojos rojos comenzó a sentir dolores abdominales fuertes, y des pues de eso comenzó a vomitar, todos nos sorprendimos cuando en su vomito pudimos observas colillas de cigarros…
Yo en lo particular llegue a encontrar “tachuelas” ya sin color por que habían sido hervidas con la comida.

Al tercer día de adiestramiento, nos tocó salir a nuestra primera caminata, cerca de una 4 o 5 horas de camino alrededor del campo militar, durante esa caminata nos enseñaron como se debe de desplazar el personal por caminos y veredas, al igual que algunas posiciones para descansar y que algunos miembros tenían que formar guardia mientras otros descansaban y demás cosas por el estilo.


 El día sábado, fue nuestro primer fin de semana libre,  salimos como a las 11 de mañana y teníamos que regresar el día domingo a las 8 de la noche para pasar lista, y regresar a las actividades normales de la semana, cuál fue mi sorpresa que llegado el día domingo ya no regresaron muchos de mis compañeros que aviamos iniciado el curso una semana antes, a decir verdad cuando iniciamos el curso Básico de Adiestramiento éramos alrededor de 4 mil elementos, pero cada semana veía con asombro que ya no regresaban 100 o 200 o inclusive más, la verdad por mi cabeza paso muchas la idea de desertar, cada fin de semana me decía a mí mismo,

YA A LA CHINGADA, YA NO REGRESO…

Y cuando me daba cuenta ya estaba de regreso otra vez pasando lista de asistencia, después me decía…

AHORA SI YA ME LARGO… NO MAS QUE COBRE LA QUINCENA ME VOY…

Llegaba la quincena y no me iba…


La verdad hubo muchas noches que me escondía bajo las mantas de mi cama a llorar, algunas veces de dolor, al ver mis pies llenos de ampollas, o por los dolores musculares, pero más que nada y aunque éramos más de 100 elementos en la misma compañía y 33 en mi sección que siempre íbamos juntos a todos, me sentía solo,  llegaban a mi cabeza los recuerdos de mi padre, de mi hermano, de mis amigos, de todo me acordaba y quería estar con ellos.

lunes, 23 de marzo de 2015

CAPITULO 4 
ENTRE JUEGOS Y ACTIVIDADES

Ya de regreso en la unidad, y ya con los “reclutas” que se iban a subir al siguiente escalón de adiestramiento en el que yo me encontraba, nos mandaron de “fajina”  a los almacenes del campo militar, para ayudar con las labores que nos encomendaran, pero detrás de todo eso, teníamos la misión de adueñarnos de un uniforme para ir al adiestramiento, ya que en ese lugar se almacenaban los uniformes viejos y nuevos que iban a ser utilizados por el personal.

Allí conocí al Sgto. 1ro. Ramírez, quien era el encargado de las labores de ese lugar, con el estuvimos trabajando algunos días, en ese entonces tenía la facilidad “pendeja” de subirme con facilidad a lugares donde otros no podrían, me colgaba en los techos para cambiar algunas lámparas, o hasta arriba de las pacas de uniformes, y  un día el Sgto. Me  dijo que parecía pantera, porque tenía esa facilidad y la agilidad de subirme a varios lugares y también por el hecho de que portaba un pans negro y por qué era una persona delgada, y ese apodo de el “Pantera” me acompaño por toda mi carrera militar,

Ya habiendo conseguido nuestros uniformes, dejaron de mandarnos a los almacenes y deje de ver a ese Sgto.

Me gustaba cuando nos enviaban de “fajina” a la compañía de intendencia (al comedor) a ayudar con la labores de la preparación de los alimentos para el personal de brigada, allí las 24 horas del día había personal cocinando,  ollas enorme encendidas todo el día, me gustaba por cuando terminábamos de dar de comer a todo el personal, ya podíamos comer nosotros pero nos daban la oportunidad de prepararnos lo que quisiéramos, esas eran la únicas veces que podíamos comer a llenar.

De nuevo en la unidad, en la hora de deportes algunos compañeros y yo nos dedicábamos a jugar fútbol, puedo decir que éramos particularmente buenos, tanto así que nos armaban las “retas” de fut en contra de los soldados más antiguos, allí fue que conocí a un Teniente, que le llamábamos el “Teniente pato” era aficionado al fútbol, y le gusto la forma en la que algunos de mis compañeros y yo jugábamos, tanto así que cuando a él se le antojaba nos mandaba a traer, únicamente para jugar con él, y nos decía … “si hay algún pedo ustedes dicen que estuvieron conmigo, ayudándome a hacer algunas cosas”, yo siempre jugaba la portería, un compañero de apellido De la Rosa y otro de nombre Pablo, éramos a decir verdad, los mejores del equipo, el equipo de los reclutas se hizo famoso en toda la brigada, al grado que nos mandaban a jugar en contra de otros batallones.

Un día un Sgto. Quien era el D.T. de la selección de fútbol de la brigada hablo con el “Teniente pato” para llevar acabo un partido de fútbol, “Reclutas” vs Selec. De la brigada, el teniente acepto y pactaron el día y la hora para llevar acabo el partido, llego el día del encuentro y precisamente antes de llegar al campo de juego, me llamo un soldado y me dijo que me buscaba el Coronel comandante de la unidad, sentí un poco de miedo ya que nunca me avía llamado, pero cuando iba hacia la comandancia lo encontré en el camino, él ya iba rumbo al campo de fútbol, me le acerque le dije…


Ordene mi Coronel---
¿Tú eres el “pantera”?--- me pregunto
Si mi Coronel--- le conteste
Toma estos son para ti…

Me sorprendí cuando me entrego uno guantes de fútbol, se avía enterado que yo jugaba sin guantes.

Gracias mi Coronel---
Échale ganas, de ti depende si perdemos o no…

Volví con mis compañeros al campo de juego y también se encontraba El Sgto. Encargado de los “reclutas” quien ya se avía auto nombrado D.T del equipo.
Cuando llego el Coronel, detrás de él, venia el batallón completo, el Coronel había ordenado que todos estuvieran en el campo para apoyarnos.
Ya a punto de comenzar el encuentro, y el “teniente pato” dándonos las últimas indicaciones, se escuchó una voz fuerte diciendo…

¡¡¡ATENCIÓN!!! ¡¡¡FIRMES….YA!!!

Cuando voltee a ver quién era, me sorprendí que hasta el General, Comandante de la Brigada estaba allí para ver el partido.

Ya con el personal y los Comandantes reunidos dimos inicio aquel partido que ganamos 3-0.

Bueno creo que ya me desvié mucho del tema…

Una vez que había causado alta, y que ya estaba próxima mí salida al adiestramiento, por fin nos dieron la oportunidad de uniformarnos, me sentí orgulloso cuando por primera vez, vestía aquel uniforme verde olivo, y aquellas botas militares, aun no portábamos armas, y nos distinguía de los demás soldados, nuestro porta-nombres de color blanco en un lado y del otro la siglas “C.A.B.I.” (Centro de Adiestramiento Básico Individual) que hacían referencia que éramos soldados en adiestramiento.

Como ya estábamos uniformados, un día el Coronel, Comandante del batallón ordeno que todo el personal saliera a deportes, y con él al frente comenzamos a correr, primero alrededor del batallón, después alrededor de la Brigada, y pensé que prácticamente estaría “relax” la hora de deportes, más sin embargo sentí un nudo en la garganta cuando el Coronel ordena que la columna se dirigiera hacia la entrada dela brigada,
Un “ya valió madres” paso por mi mente cuando tomamos canino a las afuera de la brigada, continuamos corriendo 10, 20,30 minutos y comencé a sentir dolor en los músculos de mis piernas, músculos que ni siquiera sabía que existían, después de unos 45 minutos o tal vez 1 hora de correr, comencé a sentir que las piernas me empezaban a temblar, después comencé a sudar frió, casi a la hora con 30 minutos no soporte más y devolví el estómago, después de eso ya no pude más,  ya no sentía las piernas, menos me respondían, un compañero mío y un soldado antiguo me ayudaron llevándome de
“a campeón” esa posición en la que te van cargando uno de cada lado y arrastrando las piernas, pues así me regresaron.

Unos días antes de nuestra salida, ya estábamos con los preparativos de nuestro equipo que deberíamos llevar al adiestramiento, botas, uniformes, armas, mochilas, mangas, cascos y todo el equipo completo, como 3 días antes de la salida, nos pasaban “revista” para revisar que lleváramos todo, desde cucharas hasta el arma.


Pues ya llegado el día de nuestra partida, nos levantaros cerca de las 3 de la mañana para prepararnos, un camión de trasporte de personal ya estaba listo para trasladarnos   al centro de adiestramiento,  alrededor de las 4 de la mañana un total de 33 soldados “reclutas” íbamos en camino hacia el  Campo Militar 37-B en Temamatla Edo. De México.

sábado, 21 de marzo de 2015

CAPITULO 3 
EL ASPIRANTE 

Me fui a mi cuarto, tome un mochila y comencé a meter en ella las pocas pertenencias que tenía, un par de pantalones, uno de ellos roto, dos camisas y una playera, además de los indispensable para el aseo personal, unas otras cosas más y me dispuse a ir al lugar donde aviamos quedado de vernos, cuando llegue no habían llegado ni el Cabo ni el Sgto, pero había un chavo con la misma cara de miedo e incertidumbre que yo, se me acercó y me dijo…

¿Tú también te vas al ejército?
Si también, pero parece que el Cabo Tejada aún no ha llegado, a ver si no tarda.
Pues ojala y no tarden, y que llegue antes de que me arrepienta
Si verdad.

No pasaron ni 10 minutos cuando se paró un carro cerca de nosotros y por la ventanilla de asomaba el cabo y nos dijo

Súbanse.

Nos acercamos al vehículo, abrimos la puerta y en el asiento de atrás viajan otros tres chavos más, cuando los vi supuse que sería un viaje muy largo y sobre todo incomodo, nos acomodamos como pudimos en el asiento de atrás y el Sgto nos dijo…

Que honda chavos ¿ya están listos?
Y con miedo le contestamos que si

Así comenzamos aquel viaje sin hablar, únicamente escuchando la conversación del Cabo y el Sgto que nosotros prácticamente no entendíamos,
Yo me quedé dormido gran parte del trayecto, y desperté ya en la Cd. de México, me quede mirando mirando por la ventanilla de carro, eran cerca de las 2 o 3 de la mañana, cuando de repente la imagen de la calle cambio, deje de ver las casas y los edificios y comencé a ver una pared muy larga, pintada como de un color verde opaco, yo sentía que pasábamos un muy largo camino y esa pared no terminaba, pero llego el momento en el que el carro se detuvo, y pude ver a varios soldados alrededor de vehículo, algunos haciéndole preguntas al Sgto, que adonde se dirigía, que se identificara, que quienes iban en la parte trasera del carro, que encendiera sus luces del interior, mientras otros revisaban todo el carro, algunos otros nos alumbraban el rostro con sus lámparas.
Después de algunos minutos nos dejar seguir nuestro camino, y el Sgto dijo…

Bienvenidos al Campo Militar #1

Yo pensaba que por ser las 3 de la mañana no habría movimiento, pero cuál fue mi sorpresa que a esas horas había soldados por todos lados, algunos parados en las puertas, otros corriendo, vehículos iban y venían, y me dije…

Puta madre, a donde me vine a meter---

Pero recuerdo haber visto mi rostro en el reflejo del cristal, esa cara de incertidumbre por no saber lo que me esperaba, pero al mismo tiempo pensaba que por fin estaba en el lugar que desde muy niño había querido estar, pero también mis ojos reflejaban mucho miedo, y las ganas de salir de aquel vehículo se estaban apoderando de mí, pero también pensaba,

¿Y si me salgo? ¿Y si salgo corriendo? ¿A dónde voy? No conozco a nadie…

Al final de no me salí del carro, pasamos otro reten, me sorprendió que fuera ya dentro del campo, y la misma rutina…
Esta vez la revisión fue más corta y nos dejaron seguir nuestro camino, llegamos a un estacionamiento y el Sgto. detuvo el carro y nos dijo…






Bueno chavos duérmanse un rato, nos despertamos a las 6 para pasar al comedor-

¿Me puedo fumar un cigarro? Le pregunte al Sgto.
¿Traes cigarros?
Si….
Pues pásame uno pero nos lo echamos afuera---- me dijo.

Nos salimos del carro y le di un cigarro mientras encendía el mío,

Como vez ya estás aquí--- Me dijo
Pues sí, ¿y aquí donde es?--- le pregunte
Es el 55 batallón de infantería, aquí está tu primo---me comento
¿Y dónde está?
Ahorita no hay nadie en la unidad, salieron de operaciones al Edo. De Guerrero, pero no te awites regresan en unos 15 días más o menos, y ya lo podrás ver…

Seguimos la conversación y yo le preguntaba lo que se me ocurría, que como avía que comportarse, que es lo que iba a hacer.
Y él me respondía todas mis preguntas entre otros comentarios más.

Haya son los alojamientos, aquella es la comandancia, aquel es el comedor, haya están los artilleros, pero haya no te metas porque entre los artilleros y los infantes no se quieren,  y tú vas a ser infante…

¿Y por qué “infante”?--- le pregunte
Todos los soldados que ingresan a los batallones de infantería se les llaman “infantes” si hubieras entrado en otro lugar como en los regimientos de artillería, serias “artillero”

Después de terminarnos nuestros cigarros entramos de nuevo al carro, y nos dispusimos a descansar un poco…

Pasaron un par de horas…
Y al poco tiempo nos despertó el Sgto. y nos dijo que saliéramos, porque íbamos a pasar al comedor, eran las 6 de la mañana y cual hambre iba yo a tener, si estaba acostumbrado a desayunar a las 10 u 11 de la mañana,
El toque de una trompeta anunciaba que era la hora de pasar al comedor, varios soldados comenzaron a salir de los edificios, y marchando se dirigían hacia el comedor, el sargento no encamino hacia donde todo el personal estaba formado, se formó el y detrás de él, nosotros…

Poco a poco iban pasando los soldados, hasta que llego nuestro turno de pasar, pero en ese momento justo antes de entrar sentí un golpe en la espalda, al voltear a ver quién avía sido el responsable de ese golpe, me sorprendí al ver un rostro conocido, que con solo un gesto con la cabeza lo salude…
Pasamos al comedor en una fila, y no sabía qué hacer, solo imite lo que los demás soldados hacían, tome una “charola” y seguí caminado hacia donde estaban sirviendo la comida,

Jamón con huevo, frijoles bayos, una pieza de pan y un vaso de café, formaban parte de aquel menú de alimentos, seguimos caminado hacia las mesas y un soldado nos iba indicando donde debíamos sentarnos, afortunadamente me toco sentarme junto con el Cabo y el Sgto. y otros soldados quien le dijeron….

¿Más carne fresca mi Sar?
Cállate cabrón que así tú también llegaste, ¿o que ya se te olvido?
Perdone mi Sargento…

Terminamos de desayunar y el sargento nos preguntó que si ya habíamos terminado y le dijimos que ya, y nos dijo que nos levantáramos, y así lo hicimos, salimos del comedor, y el Sgto. Nos llevó con otro Sgto., (de quien no recuerdo su apellido) el cual era el encargado de los “reclutas” y le dijo…

Hay te los encargo--- le dijo al Sargento
Se quedan con él y le hacen caso a todo lo que les diga--- no dijo a nosotros

Y se retiró…

El nuevo sargento nos pido nuestros nombres, y algunos otros datos más, y nos dijo…

Pasen a formar con los demás, fórmense por estaturas. Ellos serán sus compañeros ahorita ustedes son los nuevos, pero todos son “reclutas” en unos minutos más van a pasar a lista todos los soldados pero ustedes no, vamos a hacer otras cosas.

Después de un discurso diciéndonos a que nos enfrentaríamos, nos llevó a las áreas verdes del batallón, ya estando allí, le dijo a otros “reclutas” que fueran por una escobas, y nos puso a barrer las canchas de básquetbol y a recoger las basura que había cerca.

Así pasamos los primeros días en la unidad,  barriendo, tendiendo camas, trapeando, entre otras actividades de limpieza.
Después de algunos días, llego un soldado con el Sgto. Y le dijo algunas cosas, y después el Sgto. Se dirige conmigo y me dice…

Tu eres ¿***** Rodríguez?--- me pregunto
Si mi sargento--- le conteste.
Te hablan en la comandancia, así que apúrate, ya tienes que estar allá…
 
Salí apresuradamente hacia la comandancia, y llegando allí le pregunte que donde se encontraba el Sgto. Que me había mandado a traer… y me dijo que en la parte alta… subí por las escaleras, un poco nervioso, porque todo el personal que allí se encontraba se me quedaba mirando, llegue hasta el Sgto. Quien me pregunto…




¿Tú eres ****** Rodríguez?
Si señor….
El señor está en el cielo, aquí soy tu Sargento---
Si mi Sargento…

Me pidió que le mostrara mis manos, para ver si estaban en buenas condiciones para poder plasmar mis huellas digitales en las hojas del contrato, después de plasmar mis huellas me hizo firmas varias hojas, me tomo varios datos más, después de unos 15 minutos me dijo que ya me podía retirar, y me regrese con mis compañeros…
Algunos me preguntaban qué a que había subido…
Otros me decían que si ya avía firmado…

Ya después de unos días, ya me sentía un poco, “cómodo” dentro de la unidad, después el Sgto. Nos llamó a formar en las canchas de basquetbol y comenzó a nombrar a varios compañeros que ya habían causado alta, y que ya tenían que prepararse para salir a su adiestramiento, mientras que los otros teníamos que esperar a que causáramos alta como soldados y poder prepararnos para también salir a nuestro adiestramiento básico…

Ya cerca de 20 días después el Sgto. Nos volvió a llamar para mencionar a los nuevos “reclutas” que ya habían causado alta,  y entre ellos me encontraba yo, por fin después de una larga espera ya iba a poder comenzar mi adiestramiento para ser soldado... pero antes tendríamos que hacer varias cosas más, un día uno de mis compañeros que habían ingresado conmigo y que venían también de la misma ciudad que yo, se desertó,  no hubiera mayor problemas si no fuera porque compartíamos el mismo casillero y al momento que se desertó no solo se llevó sus cosas, sino que también se llevó mis cosas y no me dejo con nada más que lo que traía puesto, pase unos 3 días con la misma ropa, hasta que llego el resto del batallón y con ellos mi primo,
Cuando nos vimos nos saludamos y me dijo entre otras cosas…

¿Ya causaste alta?--- me pregunto
Ya, pero que crees---
Que paso----
Me robaron mis cosas--- le dije
Como que te robaron tus cosas, ¿Cómo?
Pues un cabron que llego conmigo y que compartíamos el casillero se desertó y se llevó mis cosas también…
No mames… que poca madre…
Pues si…
Aguántame tantito, ahorita te busco--- me dijo.

Después de una hora yo estaba con los demás “reclutas” cuando llego mi primo ya vestido de civil se acercó al Sgto. Para pedirle permiso para que me dejaran acompañarlo, el Sgto. Ya sabía lo que me había pasado, así que acepto a que yo saliera con mi primo,
Mi primo me llevo a comprarme ropa, y todo lo que me hacía falta, la verdad no sé cómo agradecerle todo lo que me ayudo estando dentro, ya que él tenía más experiencia que yo.