martes, 24 de marzo de 2015

"HISTORIA PERSONAL"

CAPITULO 5

CASI SOLDADOS

Arribamos cerca de las 6 de la mañana, y nos dirigimos a la explanada principal de campo, allí tuvimos que pasar revista para que los Cabos encargados dieran parte de que llevábamos el equipo completo, estuvimos allí parados algunas horas mientras nuestro Cabo recibía instrucciones  sobre donde nos íbamos a alojar y en qué compañía, recuerdo que me toco en el 1er pelotón, 3 compañía del 5to batallón de adiestramiento, un edifico que estaba al lado derecho del comedor, llevamos a la compañía y el Cabo comenzó a decirnos donde habríamos de dormir y cuales serían nuestros casilleros, después de eso guardamos nuestras cosas y salimos a forman en la explanada para ir a guardar las armas en el armero del campo, allí teníamos que guardad todas las municiones y cargadores del arma hasta que nos tocara adiéstrarnos con ellas,   
Al igual que muchos yo pensaba que desde el primer día íbamos a  hacer huso de nuestras armas, pero no, fue hasta la 4ta. Semana de adiestramiento pudimos disparar nuestras armas.


A la 1 de la tarde pasamos al comedor, y a las 2 de la tarde, la primera lista en ese centro de adiestramiento, de la comandancia salió un General Brigadier,  que no recuerdo el nombre por que muy pocas veces se dejaba ver, ese general se sentía orgulloso de su unidad , pero no de nosotros, sino que allí, en  ese campo militar se encontraba el 2do batallón de Fueras Especiales, (si mal no recuerdo) yo en ese momento ni sabían que eran esos,  después de su discurso de bienvenida, regresamos a formar a las afueras de cada batallón donde nos presentaron a nuestros Sgtos. 1ros. Comandantes de las secciones de adiestramiento quien iban a ser los responsables de nuestro futuro, ya que ellos decidían si nos graduábamos o no y cuya misión era hacer que nos desertáramos, y a nuestro Teniente, comándate de la compañía,  una persona de  más o menos  1.80 cm de estatura, de tez blanca, y que a simple mirada mostraba intimidación, pero a decir verdad era un Teniente  a toda madre…
El primer día fue de trámites y de pláticas, porque el día siguiente comenzaríamos nuestro adiestramiento.

Al día siguiente cerca de las 2 de mañana, cuando todo el personal se encontraba durmiendo, se escuchó una voz fuerte que gritaba…

¡¡¡ ARRIBA TODO EL PERSONAL!!!
LEVANTENCE BOLA DE CABRONES, QUE, CREÍAN QUE SE LA IBAN A PASAR DURMIENDO TODO EL TIEMPO, PUES NO… ORALE CABRONES PARENCE Y SALGAN A FORMAR…. TIENEN 10… Y YA VAN 5…
4
3…

Nos gritaba mientras golpeaba uno de los casilleros con un metal…

Nos levantamos en short y playera y quienes se avivaron lograron salir con sandalias, hubo quienes tuvieron que salir descalzos (yo me encontraba entre ellos) salimos fuera del batallón y en la calle que le daba la vuelta a la explanada nos hicieron formar, los Sargentos estaban al frente, y comenzaron a decirnos hasta de lo que nos íbamos a morir, después de eso nos hicieron acostarnos sobre el pavimento, que a esa hora se encontraba helado, cabe destacar que ese Centro de Adiestramiento se encuentra en la zona del
Izta-Popo, y por eso hacía mucho frió,
Lagartijas, abdominales, saltos en escuadra, los famosos “patitos” y de más ejercicios hicieron más larga aquella madrugada.

Ya cerca de las 4 de la mañana nos dejaron subir de nuevo a descansar, pero teníamos que levantarnos de nueva cuenta a las 5 de la mañana, yo ya no pude dormir, en mi cabeza rondaba la idea de que iban a ser los 3 meses más largos de mi vida, nos levantaron de nuevo a las 5 de la mañana y nos ordenaron que saliéramos a fuera de la compañía, mas no fuera del batallón, hasta que dieran las 5:45 para pasar a formar para el comedor, en un pequeño espacio, más de 100 soldados nos acomodamos en el suelo y la gran mayoría nos quedamos dormidos teniendo como almohada nuestros propios cascos, hasta que llego la hora de salir a formar para el comedor,
Después del comedor a pasar lista y hacer honores a la bandera, y de allí a las áreas de adiestramiento, todos ya estábamos debidamente uniformados, con todo el uniforme y el arma, pero sin municiones, y en las cartucheras en lugar de llevar cargadores para las armas, llevábamos todo lo indispensable para la limpieza del calzado, cremas para zapatos, cepillos, trapos y de más, porque eso sí, podríamos estar bañados en lodo, pero con la botas impecables,
Una a una las secciones iban tomando camino hacia las áreas de adiestramiento, hasta que llego nuestro turno de avanzar, pensé que al igual que las demás secciones, también avanzaríamos al paso redoblado, pero no, uno de los Sgtos. Levanto la voz para dar la orden de…

¡¡¡PASO VELOZ!!!... ¡¡¡YA!!!

Y órale a comenzar la corretiza, corrimos por aquellos caminos de tierra y piedras que más que caminos para el personal, parecían paso para caballos, después de como 10 minutos de correr llegamos a una planicie donde se encontraban unas “palapas” que utilizaríamos como aulas de clases,  allí pasábamos toda la mañana, en ese lugar nos enseñaban todos lo teórico del ejército, Derechos humanos, legislación militar, las bases del plan DN-III E de auxilio a la población, en fin todo lo que tiene que ver con las leyes y reglamentos del ejército mexicano

A medio día regresamos a las compañías para cambiarnos y comenzar la hora de deportes, por lo regular los Srgtos. Nos llevaban a correr a las áreas de adiestramiento, una hora u hora y media de ejercicios, regresábamos 15 minutos antes de la 1 de la tarde para asearnos y cambiarnos, en los baños de la compañía había tan solo 10 regaderas para poco más de 100 soldados,
Ya se imaginaran como se ponía aquello con tan solo 10 minutos para bañarnos y estar listos para pasar al comer, a la 1 pasábamos al comedor y a las 2 pasábamos a la segunda lista.

Después de eso regresábamos a las áreas de adiestramiento para esta vez, realizar ejercicios físicos, maniobras y prácticas, algunas cosas como marchar, o algunos tipos de desplazamiento en terreno, eran alrededor de 3 horas las que realizábamos ese tipo de adiestramientos porque a las 5 dela tarde teníamos que pasar lista otra vez y a las 6 dela tarde teníamos la última lista del día, muchas secciones y compañías daban por terminado el día después de esa lista, pero nosotros no, algunos días nos ponían a hacer ejercicio, otros mas no aventaban algunos discursos, y en otras más con tal de que nos siguieran “ladillando”  nos tenían allí parados hasta las 9 de la noche, hora en la que ya teníamos que retirarnos a descansar, pero muchos no lo hacían, yo por ejemplo, a esa hora me iba al “casino” que es la tienda del campo militar la cual se encontraba en la parte alta del campo, iba allí y me compraba unos cigarros y una coca,
después de eso ya me iba a la compañía, siempre que iba subiendo me encontraba a un soldado que le decíamos “el Acapulco” porque era de allá, no había noche que no estuviera pegado al teléfono hablando con su novia, ese era un motivo muy grande para realizarle bromas, como que ya te dejo y tu aquí de pendejo, soldado sin sancho no es soldado, de seguro ya está con otro y nada más espera a que le mandes quincena y un sinfín de cosas, al grado que al pobre soldado lo hicimos desertar, porque tenía miedo de que todo lo que le habíamos dicho se convirtiera en realidad.

Un día, enseguida de la hora de comer, nuestro Sgto. No llevo a comer, la panza nos pesaba mucho ya que fue un “jueves social” un día en el que nos dan otro tipo de comida y no se nos raciona, se nos daba  a llenar, recuerdo que ese día nos dieron carnitas de puerco y arroz, cuando salimos a correr muchos sentimos un dolor estomacal por el esfuerzo físico después de comer, después de algunas vueltas a la explanada, nos llevó a formar para el pase de lista, ya cuando estábamos formados un soldado al que le apodábamos “el mariguas” ya que siempre tenía los ojos rojos comenzó a sentir dolores abdominales fuertes, y des pues de eso comenzó a vomitar, todos nos sorprendimos cuando en su vomito pudimos observas colillas de cigarros…
Yo en lo particular llegue a encontrar “tachuelas” ya sin color por que habían sido hervidas con la comida.

Al tercer día de adiestramiento, nos tocó salir a nuestra primera caminata, cerca de una 4 o 5 horas de camino alrededor del campo militar, durante esa caminata nos enseñaron como se debe de desplazar el personal por caminos y veredas, al igual que algunas posiciones para descansar y que algunos miembros tenían que formar guardia mientras otros descansaban y demás cosas por el estilo.


 El día sábado, fue nuestro primer fin de semana libre,  salimos como a las 11 de mañana y teníamos que regresar el día domingo a las 8 de la noche para pasar lista, y regresar a las actividades normales de la semana, cuál fue mi sorpresa que llegado el día domingo ya no regresaron muchos de mis compañeros que aviamos iniciado el curso una semana antes, a decir verdad cuando iniciamos el curso Básico de Adiestramiento éramos alrededor de 4 mil elementos, pero cada semana veía con asombro que ya no regresaban 100 o 200 o inclusive más, la verdad por mi cabeza paso muchas la idea de desertar, cada fin de semana me decía a mí mismo,

YA A LA CHINGADA, YA NO REGRESO…

Y cuando me daba cuenta ya estaba de regreso otra vez pasando lista de asistencia, después me decía…

AHORA SI YA ME LARGO… NO MAS QUE COBRE LA QUINCENA ME VOY…

Llegaba la quincena y no me iba…


La verdad hubo muchas noches que me escondía bajo las mantas de mi cama a llorar, algunas veces de dolor, al ver mis pies llenos de ampollas, o por los dolores musculares, pero más que nada y aunque éramos más de 100 elementos en la misma compañía y 33 en mi sección que siempre íbamos juntos a todos, me sentía solo,  llegaban a mi cabeza los recuerdos de mi padre, de mi hermano, de mis amigos, de todo me acordaba y quería estar con ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario