CAPITULO 5
CASI SOLDADOS
Arribamos cerca de las 6 de la mañana, y nos dirigimos a la explanada
principal de campo, allí tuvimos que pasar revista para que los Cabos
encargados dieran parte de que llevábamos el equipo completo, estuvimos allí
parados algunas horas mientras nuestro Cabo recibía instrucciones sobre donde nos íbamos a alojar y en qué
compañía, recuerdo que me toco en el 1er pelotón, 3 compañía
del 5to batallón de adiestramiento, un edifico que estaba al lado derecho del
comedor, llevamos a la compañía y el Cabo comenzó a decirnos donde habríamos de
dormir y cuales serían nuestros casilleros, después de eso guardamos nuestras
cosas y salimos a forman en la explanada para ir a guardar las armas en el
armero del campo, allí teníamos que guardad todas las municiones y cargadores
del arma hasta que nos tocara adiéstrarnos con ellas,
Al igual que muchos yo pensaba que desde el primer día íbamos a hacer huso de nuestras armas, pero no, fue
hasta la 4ta. Semana de adiestramiento pudimos disparar nuestras armas.
A la 1 de la tarde pasamos al comedor, y a las 2 de la tarde, la primera
lista en ese centro de adiestramiento, de la comandancia salió un General
Brigadier, que no recuerdo el nombre por
que muy pocas veces se dejaba ver, ese general se sentía orgulloso de su unidad
, pero no de nosotros, sino que allí, en
ese campo militar se encontraba el 2do batallón de Fueras Especiales,
(si mal no recuerdo) yo en ese momento ni sabían que eran esos, después de su discurso de bienvenida,
regresamos a formar a las afueras de cada batallón donde nos presentaron a
nuestros Sgtos. 1ros. Comandantes de las secciones de adiestramiento quien iban
a ser los responsables de nuestro futuro, ya que ellos decidían si nos
graduábamos o no y cuya misión era hacer que nos desertáramos, y a nuestro
Teniente, comándate de la compañía, una
persona de más o menos 1.80 cm de estatura, de tez blanca, y que a
simple mirada mostraba intimidación, pero a decir verdad era un Teniente a toda madre…
El primer día fue de trámites y de pláticas, porque el día siguiente
comenzaríamos nuestro adiestramiento.
Al día siguiente cerca de las 2 de mañana, cuando todo el personal se
encontraba durmiendo, se escuchó una voz fuerte que gritaba…
¡¡¡ ARRIBA TODO EL PERSONAL!!!
LEVANTENCE BOLA DE CABRONES, QUE, CREÍAN QUE SE LA IBAN A PASAR
DURMIENDO TODO EL TIEMPO, PUES NO… ORALE CABRONES PARENCE Y SALGAN A FORMAR….
TIENEN 10… Y YA VAN 5…
4
3…
Nos gritaba mientras golpeaba uno de los casilleros con un metal…
Nos levantamos en short y playera y quienes se avivaron lograron salir
con sandalias, hubo quienes tuvieron que salir descalzos (yo me encontraba
entre ellos) salimos fuera del batallón y en la calle que le daba la vuelta a
la explanada nos hicieron formar, los Sargentos estaban al frente, y comenzaron
a decirnos hasta de lo que nos íbamos a morir, después de eso nos hicieron
acostarnos sobre el pavimento, que a esa hora se encontraba helado, cabe
destacar que ese Centro de Adiestramiento se encuentra en la zona del
Izta-Popo, y por eso hacía mucho frió,
Lagartijas, abdominales, saltos en escuadra, los famosos “patitos” y de
más ejercicios hicieron más larga aquella madrugada.
Ya cerca de las 4 de la mañana nos dejaron subir de nuevo a descansar,
pero teníamos que levantarnos de nueva cuenta a las 5 de la mañana, yo ya no
pude dormir, en mi cabeza rondaba la idea de que iban a ser los 3 meses más
largos de mi vida, nos levantaron de nuevo a las 5 de la mañana y nos ordenaron
que saliéramos a fuera de la compañía, mas no fuera del batallón, hasta que
dieran las 5:45 para pasar a formar para el comedor, en un pequeño espacio, más
de 100 soldados nos acomodamos en el suelo y la gran mayoría nos quedamos
dormidos teniendo como almohada nuestros propios cascos, hasta que llego la
hora de salir a formar para el comedor,
Después del comedor a pasar lista y hacer honores a la bandera, y de
allí a las áreas de adiestramiento, todos ya estábamos debidamente uniformados,
con todo el uniforme y el arma, pero sin municiones, y en las cartucheras en
lugar de llevar cargadores para las armas, llevábamos todo lo indispensable
para la limpieza del calzado, cremas para zapatos, cepillos, trapos y de más,
porque eso sí, podríamos estar bañados en lodo, pero con la botas impecables,
Una a una las secciones iban tomando camino hacia las áreas de
adiestramiento, hasta que llego nuestro turno de avanzar, pensé que al igual
que las demás secciones, también avanzaríamos al paso redoblado, pero no, uno
de los Sgtos. Levanto la voz para dar la orden de…
¡¡¡PASO VELOZ!!!... ¡¡¡YA!!!
Y órale a comenzar la corretiza, corrimos por aquellos caminos de tierra
y piedras que más que caminos para el personal, parecían paso para
caballos, después de como 10 minutos de correr llegamos a una planicie donde se encontraban unas “palapas” que utilizaríamos como aulas de
clases, allí pasábamos toda la mañana,
en ese lugar nos enseñaban todos lo teórico del ejército, Derechos humanos,
legislación militar, las bases del plan DN-III E de auxilio a la población, en
fin todo lo que tiene que ver con las leyes y reglamentos del ejército mexicano
A medio día regresamos a las compañías para cambiarnos y comenzar la
hora de deportes, por lo regular los Srgtos. Nos llevaban a correr a las áreas
de adiestramiento, una hora u hora y media de ejercicios, regresábamos 15
minutos antes de la 1 de la tarde para asearnos y cambiarnos, en
los baños de la compañía había tan solo 10 regaderas para poco más de 100
soldados,
Ya se imaginaran como se ponía aquello con tan solo 10 minutos para
bañarnos y estar listos para pasar al comer, a la 1 pasábamos al comedor y a
las 2 pasábamos a la segunda lista.
Después de eso regresábamos a las áreas de adiestramiento para esta vez,
realizar ejercicios físicos, maniobras y prácticas, algunas cosas como marchar,
o algunos tipos de desplazamiento en terreno, eran alrededor de 3 horas las que
realizábamos ese tipo de adiestramientos porque a las 5 dela tarde teníamos que
pasar lista otra vez y a las 6 dela tarde teníamos la última lista del día,
muchas secciones y compañías daban por terminado el día después de esa lista,
pero nosotros no, algunos días nos ponían a hacer ejercicio, otros mas no
aventaban algunos discursos, y en otras más con tal de que nos siguieran
“ladillando” nos tenían allí parados
hasta las 9 de la noche, hora en la que ya teníamos que retirarnos a descansar,
pero muchos no lo hacían, yo por ejemplo, a esa hora me iba al “casino” que es
la tienda del campo militar la cual se encontraba en la parte alta del campo,
iba allí y me compraba unos cigarros y una coca,
después de eso ya me iba a la compañía, siempre que iba subiendo me
encontraba a un soldado que le decíamos “el Acapulco” porque era de allá, no
había noche que no estuviera pegado al teléfono hablando con su novia, ese era
un motivo muy grande para realizarle bromas, como que ya te dejo y tu aquí de
pendejo, soldado sin sancho no es soldado, de seguro ya está con otro y nada
más espera a que le mandes quincena y un sinfín de cosas, al grado que al pobre
soldado lo hicimos desertar, porque tenía miedo de que todo lo que le habíamos
dicho se convirtiera en realidad.
Un día, enseguida de la hora de comer, nuestro Sgto. No llevo a comer,
la panza nos pesaba mucho ya que fue un “jueves social” un día en el que nos
dan otro tipo de comida y no se nos raciona, se nos daba a llenar, recuerdo que ese día nos dieron
carnitas de puerco y arroz, cuando salimos a correr muchos sentimos un dolor
estomacal por el esfuerzo físico después de comer, después de algunas vueltas a
la explanada, nos llevó a formar para el pase de lista, ya cuando estábamos
formados un soldado al que le apodábamos “el mariguas” ya que siempre tenía los
ojos rojos comenzó a sentir dolores abdominales fuertes, y des pues de eso
comenzó a vomitar, todos nos sorprendimos cuando en su vomito pudimos observas
colillas de cigarros…
Yo en lo particular llegue a encontrar “tachuelas” ya sin color por que
habían sido hervidas con la comida.
Al tercer día de adiestramiento, nos tocó salir a nuestra primera
caminata, cerca de una 4 o 5 horas de camino alrededor del campo militar,
durante esa caminata nos enseñaron como se debe de desplazar el personal por
caminos y veredas, al igual que algunas posiciones para descansar y que algunos
miembros tenían que formar guardia mientras otros descansaban y demás cosas por
el estilo.
El día sábado, fue nuestro primer fin de semana libre, salimos como a las 11 de mañana y teníamos
que regresar el día domingo a las 8 de la noche para pasar lista, y regresar a
las actividades normales de la semana, cuál fue mi sorpresa que llegado el día
domingo ya no regresaron muchos de mis compañeros que aviamos iniciado el curso
una semana antes, a decir verdad cuando iniciamos el curso Básico de
Adiestramiento éramos alrededor de 4 mil elementos, pero cada semana veía con
asombro que ya no regresaban 100 o 200 o inclusive más, la verdad por mi cabeza
paso muchas la idea de desertar, cada fin de semana me decía a mí mismo,
YA A LA CHINGADA, YA NO REGRESO…
Y cuando me daba cuenta ya estaba de regreso otra vez pasando lista de
asistencia, después me decía…
AHORA SI YA ME LARGO… NO MAS QUE COBRE LA QUINCENA ME VOY…
Llegaba la quincena y no me iba…
La verdad hubo muchas noches que me escondía bajo las mantas de mi cama
a llorar, algunas veces de dolor, al ver mis pies llenos de ampollas, o por los
dolores musculares, pero más que nada y aunque éramos más de 100 elementos en
la misma compañía y 33 en mi sección que siempre íbamos juntos a todos, me
sentía solo, llegaban a mi cabeza los
recuerdos de mi padre, de mi hermano, de mis amigos, de todo me acordaba y
quería estar con ellos.
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