CAPITULO 6
YA SOMOS SOLDADOS
Por fin llegaba la 4ta semana de adiestramiento en la que por fin y
después de tanta espera íbamos a comenzar las prácticas de tiro, un momento que
todos los aspirantes a soldados esperan,
pero tampoco fue de llegar y disparar, no….
Primero teníamos que aprender todo sobre el un disparo efectivo, las
posiciones de tiro, los tipos de balas, que hacer en caso de esto o de lo otro,
teníamos que estar preparados para cualquier eventualidad que pudiera surgir.
El primer día de prácticas, tanta era la desconfianza de los Sgtos. Y
Oficiales de que nos fuéramos a matar o a herir con el armamento, que nos
ponían a realizar las prácticas de tiro simulando el sonido de los disparos con
la boca o con piedras golpeando los cargadores, la verdad era muy gracioso y
divertido ver y escuchar a todos los soldados corriendo y tirándose al suelo
para después efectuar los disparos…
PUM, PUM, PIU PIU….
TATATATATATA…. PUM PUM…
Nos levantamos y seguíamos corriendo para realizar un avance en “saltos”
una técnica en la que unos soldados disparan mientras otros avanzan,
Corríamos y nos tirábamos de nuevo…
PUM…TATATATATATA
PUM, PUM… PIU PIU…
Fue hasta el tercer día que ya nos permitieron abastecer nuestros
cargadores con municiones reales, los Cabos, Sgtos. Y Oficiales están muy
pendientes de cada movimiento que realizáramos, la verdad aunque a muchos nos
odiaban no querían que nadie saliera
herido, mucho menos muerto.
Les pusimos unos forros de color rojo a nuestros cascos donde, Blanco
significaba que no íbamos a disparar, Amarillo, que seriamos los próximos en
disparar y Rojo que estábamos en plena practica de tiro,
Tomamos todas le medidas de seguridad pertinentes para comenzar las
prácticas de tiro, la mayoría de soldados estaban atentos, (o al menos yo si lo
estaba) la verdad no me quería matar o realizar algo mal porque sabía que me
iban a llover los “chiricuazos” o unos cuantos tablazos, y la verdad no quería
eso.
Nos ordenaron avanzar hacia la línea de disparo a uno 10 metros del
blanco, nos recostamos pecho a tierra y pusimos nuestra “coreana” o nuestra
manta como apoyo para el arma, todos los Sgtos. Estaban detrás de nosotros
supervisando cada movimiento, cuando la voz de uno de ellos se escuchó…
¡¡¡TODOS LISTOS!!!!
¡¡¡Listos!!!--- contestamos
¡¡¡Preparados!!! Quiten el seguro de sus armas…
¡¡¡Seguros fuera!!!
Apunten, A su voluntad… ¡¡¡FUEGO!!!
Y los disparos de aquella línea de fuego comenzaron a sonar, yo tarde un
poco en realizar mi primer disparo ya que quería estar seguro de realizar un
disparo certero y de poner en practica todo lo que me avían enseñado mis
instructores, cuando por fin hale el gatillo, mi arma se acciono con un
estruendo muy fuerte y un golpe en mi hombro, la verdad nunca había escuchado
un G3 disparar, y menos a 10 centímetros de mi oído, ese primer disparo me hizo
reaccionar y colocarme de nueva cuenta en posición, pero esta vez con una mayor
estabilidad y una mejor posición,
Al terminar los 10 disparos que teníamos permitido, y al ver a todo el
personal de la línea de disparo con el fusil apuntando hacia el cielo, de nueva
cuenta se escuchó la voz del Sgto.
¡¡¡ATENCIÓN!!!
Pongan el seguro a sus armas y quiten el cargador…
¡¡¡LISTOS!!!
¡¡¡Listo!!!
PONGAN SUS ARMAS SOBRE SUS “COREANAS”
¡¡¡FIRMES!!! YA…
Todos nos levantamos dejando nuestras armas en el suelo, los Cabos
pasaron a revisar cada una de las armas y cargadores para cerciorarse de que
todo se encontraba en orden,
El Sgto. Nos ordeno que fuéramos a recoger nuestras hojas de tiro, la
verdad no estaba seguro si había acertado o no, pero me lleve la sorpresa
cuando revisé mi hoja y tenía los 10 disparos acertados, nuestro Cabo paso a
ver cada uno de los soldados y reviso personalmente cada hoja, al momento de
pasar conmigo tomo mi hoja y con su lapicero fue contando uno a uno los
orificios que tenía la hoja, al igual que yo también se sorprendió al ver los
10 disparos en el blanco, me miro y me dijo…
BIEN PINCHE PANTERA, PEGASTE TODOS…
Gracias mi Cabo…
El cabo volteo hacia los Sgtos. Y les comento que había realizado un
disparo perfecto…
Y le dijeron que llevara la hoja para que ellos también se cercioraran.
Esa hoja ya no me la regresaron.
Al terminar la práctica de tiro, regresamos a la compañía para realizar
otras actividades.
El último día de la semana de tiro nos llevaron de nuevo al área de
disparos, pero esta vez de noche para realizar disparos nocturnos con una bala
llamada “trazadora” la verdad se ve muy bonito el espectáculo que realiza esa
bala, ya que al momento de ser disparada, forma una línea de trazo, por eso se
le llama “trazadora”
Cuando estábamos en plenos disparos nos ordenaron detener el fuego, ya
que el cerro comenzó a incendiarse debido a las balas, pasamos de ser soldados
a ser bomberos y apagar el cerro…
A la mitad del curso, la generación anterior a nosotros se graduó,
pasamos nosotros a ser los soldados antiguos del Centro de Adiestramiento, y a
su vez llegaron soldados reclutas nuevos, de la misma manera faltando 5 o 6 semanas para terminar el curso, comenzamos
a realizar los preparativos para la graduación, aun no sabíamos quienes, ni
cuantos se iban a graduar pero ya estábamos preparando la ceremonia.
A esas alturas de curso comenzamos con otro tipo de adiestramientos, la
“ladilla” del orden cerrado comenzaba, también la técnicas de radio
comunicación y primeros auxilios, inclusive las formas de camuflaje, allí fue
donde pudimos utilizar el famoso traje “willie”
Recuerdo a mi Sgto. Instructor que un día nos dijo que si queríamos él
nos llevaría algo de comer, (unas tortas para ser exactos) y el que las
quisiera las podía comprar, y el que no, pues no, pero no contábamos con la
compra de las tortas valían puntos extras para traernos un poco más “relax” un día mientras realizábamos las prácticas de
camuflaje y después de haberle comprado todas las tortas que llevaba, nos dijo
que teníamos que hacernos un camuflaje
con la vegetación, así lo hicimos y nos dijo que fuéramos a una barranca donde
la maleza se encontraba alta, el Sgto. Nos dijo que nos escondiéramos y que no
saliéramos hasta que él nos lo ordenara, obedecimos la orden y nos metimos a la
maleza, pasaron 30, 40 minutos y la verdad ya nos aviamos aburrido, decidimos
salir del escondite para ver al Sgto. Pero nos sorprendimos cuando vimos al Sgto.
Dormido mientras los Cabos conversaban entre ellos, así que decidimos regresar
a nuestros refugios y practicar la “operación camufláis” y también dormirnos…
Después de una 1 o 2 horas el Sgto. Nos llamó y salimos de nuestros
refugios algunos hasta con las lagañas en los ojos de tanto que habíamos
dormido,
Después de eso regresamos al batallón.
En una de las etapas de adiestramiento, tuvimos la semana de campamento,
una semana donde tendríamos que pernoctar fuera de los batallones y realizar
todas las actividades fuera de la unidad, allí el Sgto. Nos dispuso a todos una
“sombra” que es otro soldado con quien teníamos que pasar la mayor parte del
tiempo y si alguno de los dos hacia algo mal, los dos pagarían las
consecuencias, a mí me tocó un soldado alto, al cual le decíamos el
“borrego” porque tenía el cabello muy
chino, lamentablemente era un soldado “ponte al pedo”, un soldado que causaba
muchos problemas y por culpa de él, a
cada rato me tocaba sufrir los castigos.
Esa semana nos tocó otra caminata, la más larga, salimos del campamento
como a las 6 de la mañana y esta vez salimos del campo militar, caminamos cerca
de las faldas del volcán, y de un pequeños cerro al que le decían “El
Molcajete” la caminata fue larga, peros siempre íbamos acompañados de una camioneta a la que le decíamos “la
bofera” la cual iba repleta de cualquier cosa para consumir, refrescos, comida,
dulces, cigarros, todo lo que podríamos encontrar en el casino, iba en esa
camioneta.
Ya durante la penúltima semana de adiestramiento, nos tocó pasar “la
pista del infante” la cual es un camino de unos 500 metros lleno de
obstáculos, en parejas teníamos que
pasar cada obstáculo hasta llegar al final, después de algunos días de pasadas
en la pista, ya comenzábamos a pasarla con todo el equipo puesto.
La verdad esa semana aunque pesada fue muy divertida, ver como algunos
soldados no podían pasar los obstáculos y otros tantos que se quedaban
“atorados” en algunos puntos ya que le tenían
miedo a las alturas y no encontraban el valor de arrojarse de algunos
puntos altos…
Durante la última semana de adiestramiento, tuvimos nuestros exámenes
finales, una etapa en la que evaluarían todo lo aprendido, esa semana volvimos
a repasar todo lo que habíamos visto durante el Curso Básico,
A esas alturas ya la vida en el curso ya era más relajada, durante la
mañana únicamente un par de actividades y durante la tarde los preparativos
para la ceremonia de graduación.
Faltando tan solo 3 días para la gradación, uno de los oficiales me
llamo y me dijo que me presentara con otros oficiales, cuando llegue con ellos
me informaron de otras cosas que yo iba a realizar durante la ceremonia, entre
ellas pasar a leer algunas palabras en nombre de mis compañeros que nos
graduábamos, pero también y lo que más me sorprendió fue que tenía que pasar a
recoger un reconocimiento por haber obtenido el primer lugar en aprovechamiento
durante el Adiestramiento…
Me sentía orgulloso, pero también sentía que no lo merecía, porque
conocía muchos soldados que todos los días se esforzaban mucho.
Obvio no rechace el reconocimiento.
Al termino de Curso de Adiestramiento, de los casi 4,000 elementos que
comenzamos, únicamente nos graduamos unos 800
El día de la graduación, todo fue estrés para que todo saliera bien,
pero al final todo salió como se esperaba, al término de la misma nos dieron el
fin de semana libre, para presentarnos el día lunes por la mañana, esos días
los proveche para ir a visitar a mi familia y amigos a mi tierra, y aunque no
pude ver a todos si disfrute mucho ese poco tiempo.
Recuerdo que llegue el día domingo a la unidad, como buena rata de
cuartel me quede a dormir esa noche en la compañía, esa noche la pase a todo
dar, tranquilo sin la preocupación de que a cualquier hora nos fueran a
“ladillar”, a las 6 de la mañana teníamos que esta ya preparados para iniciar
nuestro camino de regreso a nuestro batallón, en mi grupo de “reclutas” de los
33 elementos que fuimos al Curso regresamos 28…
Ya de regreso a nuestra unidad, un capitán 2do. De infantería al cual le
apodábamos “REX” nos recibió con una
plática de motivación y de aliento por
ser ya, Soldados Del Ejército Mexicano, después de eso nos dieron ya el número de orden que nos
correspondía, la sección y compañía a la que perteneceríamos, después de
arreglar unos pequeños detalles se nos dio Francos, para presentarnos de nueva
cuenta al día siguiente.
Y aunque de nueva cuenta la unidad no se encontraba ya que habían salido
de operaciones y que regresarías en dos meses, ese día me levante a la hora
señalada, como recuerdo el momento en que comencé a ponerme el uniforme ya con
el porta-nombres de color verde que me identificaba como soldado, con cada
prenda sentía un gran orgullo, cuando comencé a ponerme las botas, sentí una
gran presión en el pecho, por la felicidad, por miedo, por el orgullo, a mi
mente llegaron muchos recuerdos tanto de niño y ese sueño que cargaba, como
todo lo que había pasado en el Curso Básico las innumerables veces que paso por mi
mente el desertar, pero veía a mi alrededor y me daba cuanta que a pesar de
todo, ya estaba allí, como soldado, como lo que quería ser.
Esa mañana ni pase al comedor, me la pase lustrando mis botas y
arreglando mi imagen, me quería ver lo mejor posible y portar aquel uniforme
con orgullo y dignidad, pero sobre todo con el debido respeto que esas prendan
merecían.
Ya al momento de pasar a la primera lista del día, el pequeño grupo de
soldados que quedaban en el batallón no ordenaron formar a las afueras de la
compañía, para después dirigirnos a la explanada para realizar los honores
militares de todos los días, mientras nos dirigíamos a la explanada ya se podía
escuchar la banda de guerra entonando el Toque de Diana.
Al momento de ya estar formados en la explanada y escuchando los toques
militares de “atención” “saludar” y comenzar a escuchar el toque de “bandera”,
para después comenzar a entonar el himno nacional, mire hacia mi lado derecho
donde se comenzaba a izar la bandera monumental de la brigada, no sé si fui yo
o realmente estaba pasado, que al momento de que la bandera comenzaba a hondear
y que ya iba a media asta, detrás de ella comenzaban a salir los rayos del sol,
mi bandera se veía hermosa, y tuve que aguantar las ganas de derramar una
lagrima por la emoción de ese momento, una emoción demasiado grande al verme
uniformado, viviendo aquel sueño que desde niño se había sembrado en mí.
Después de los honores militares, llamaron a los nuevos soldados, entre
los que yo me encontraba, para comenzar nuestro Segundo Nivel de Adiestramiento
en la unidad, en que ya íbamos a aprender las acciones a realizar dentro de
nuestra unidad, ya como una unidad en conjunto, entre lo que nos enseñaron fue
el uso y manejo de armas colectivas, como la ametralladora HK21 Cal. 7.52 mm,
la ametralladora lanza granadas MK19 Cal. 40 mm y el mortero Cal. 20 mm.
También tuvimos la ladilla de del orden cerrado, pero ya un poco más a fondo,
también el orden disperso que eso era nuevo para mí ya que no, nos lo avían
enseñado en el curso.
Así pasamos únicamente 20 días de adiestramiento de nuestro 2do. Nivel.
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