CAPITULO 2
LA DECISIÓN
Volvieron a pasar algunos años en los que prácticamente me avía olvidado
de aquel sueño que cuando niño avía soñado, entre la muerte de mi madre cuando
tenía 14 años, la malas o buenas
compañías que en ese momento no sabía distinguirlas, problemas familiares entre muchas otras cosas
más, hicieron de mi vida, una mala vida, me salí de la casa de mí padre y por algunos días viví prácticamente en
la calle, durmiendo en la terminal de autobuses o simplemente deambulando por
toda la ciudad, hasta que pude encontrar un trabajo y poder rentar un pequeño
cuarto para vivir.
Fue hasta el año 2003 que la presencia y acercamiento de mi primo y sus
comentarios de ingresar a las filas del ejército, volvió a despertar en mí el sueño que prácticamente
avía olvidado.
En fechas de octubre de ese mismo año acudimos al palacio municipal de la ciudad donde se
encontraba un puesto de reclutamiento, nos acercamos a ver las fotografías
expuestas sobre una mampara, estábamos viendo las fotografías cuando un Cabo de
apellido Tejeda se nos acercó y nos dijo…
Como ven chavos, ¿quieren entrarle?
Estaría bien --- contesto mi primo
El Cabo comenzó a platicarnos sobre la vida de los soldados las
prestaciones que tienen, el salario, primas vacacionales y sin fin de cosas
más, prácticamente nos bajó el cielo y las estrellas con tal de reclutarnos, a
lo que hoy puedo decir que todo eso fue una gran mentira, pero en fin los
entiendo, ya que lo único que tenían que hacer era reclutar personal sin
importar como.
Nos dieron los datos y los requisitos que teníamos que llenar para poder
reclutarnos, yo comente que tenía 17 años, y me dijeron que no importaba, ya
que las reclutaciones de cerraban el 31 de octubre y se reabrían el primer día hábil
del mes de enero y como mi cumpleaños
era el 2 de enero, cuando mi tramite de
alta en el ejército se diera yo ya tendría los 18 años cumplidos, y así fue después de una platicas y de andar
recabando la documentación que nos pedían, llegamos a la conclusión (mi primo y yo) que nos reclutaríamos.
Ya con fecha para irnos y teniendo todo listo, la hora de salida pero
sobre todo con el miedo de iniciar una nueva aventura.
Llego el día y la hora pactados para la salida, y ya estando todos listos, el Cabo Tejeda y
un Sgto de apellido Rodríguez, mi primo y 3 personas más que también se
reclutaron ya estaban listos para salir, pero faltaba alguien…
¿Quién?
Pues yo….
El miedo se había apoderado de mí, pero sobre todo las ganas de seguir
en el desmadre con mis amigos.
No me presente así que no me fui…
Nuevamente pasaron mas de 6 meses para poder ver al Cabo y al Sgto de nuevo en
el puesto de reclutamiento de la ciudad, así que me volví a acercar, más que
por otra cosa, por la curiosidad de ver en las fotografías el rostro familiar
de mi primo, pero eran las mismas fotografías de 6 meses atrás.
Aquel Sgto de apellido Rodríguez se me acerco y me dijo…
¿Ya vas a alcanzar a tu primo?
No sé--- le conteste.
Anímate él ya está trabajando y está ganando su dinerito…
Me sorprendió que se acordara de mí
El Cabo Tejeda también me dijo…
Tu primo me dijo que te lleváramos arrastrando
Jajajajaja, ¿así?--- le conteste
No te creas pero dice que te animáramos
Pues estaría bien ¿Cuándo se van?
Hoy en la noche…
Eran cerca de las dos de la tarde de aquel domingo 13 de junio del 2004,
Nos vamos a las 11 tú dices ¿si te vas o no?
Pues sí, vámonos…
Así que comencé una carrera para juntar mis papeles, fui a ver a mi
padre y le comente lo que tenía planeado hacer y a donde iba a ir, mi padre aún
estaba enojado conmigo porque para el yo había sido y seguía siendo la oveja
negra dela familia, y no llevaba la vida que al le hubiera gustado que llevara,
así que solo me dijo…
Pues échale ganas, y ya ponte a hacer las cosas bien,
¿tienes dinero
para irte?....
Un poco pero haya no voy a necesitar, porque voy a trabajar y voy a
tener donde dormir y donde comer…
Metió su mano dentro de la bolsa de su pantalón y saco el único billete
que llevaba consigo y me lo dio…
Creo que por más enojado que este un padre con sus hijos, jamás dejara
de preocuparse por ellos.
Un abrazo y nos despedimos…
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